domingo, 25 de mayo de 2014

Capitulo Siete

El taxi apesta, ojala Ro hubiese esperado a otro.
Los olores son tan intensos que ni siquiera el aire fresco de la lluvia que se cuela por la ventanilla los calma.
Huele a colonia barata, a sudor y al sándwich mixto que el taxista se estaba comiendo cuando le pedimos que nos llevara.



-Lo cierto es que tuvimos mucha suerte -Dice Rousse, me giro. Está ojeando un periódico usado de hoy alguien debió de olvidar lo- Me refiero con el incidente de avión, - miro por encima de su hombro, salimos en portada.
-Sí, bueno eso ya lo sabíamos, las enfermeras nos lo dijeron- ella asiente, al verla nadie diría que su avión ha explotado a varios metros de altitud.
-Pero aun a sí; todos heridos leves, es algo...
-Todos heridos leves salvo yo -resulta que me yo me lleve la peor parte de todo, pero sonrío. Porque realmente me alegro, me alegro de no haber acabado con la vida de alguien.
-Hablaba en general -me observa fijamente, parece estar midiendo el tamaño de mi contusión, algo difícil sin un escaner.-  Pero tienes razón, debí de ser más cuidadosa.
Eso me hace reír y niego para que sepa que no pasa nada.
El taxista carraspea.
-Esto... Señoritas, hemos llegado.
Su acento irlandés es malisímo, y por el tono aceitunado de su piel diría que no es de aquí.

Mientras Rousse le paga me bajo del taxi y el aire frío de principios de invierno me golpea.
El hotel en el que pasaremos estos días es bonito, y parece muy lujoso. 
Un botones me saluda con la mano, lleva un traje caro de color gris, como los que llevan los empresarios, por lo que no es un botones.

Cuando me fijo mejor, su piel parece adoptar un tono casi translucido, es una de mis alucinaciones.

El alma se me cae a los pies; tres semanas , tres semanas completas sin visiones, espectros, ni un solo intento de asesinato. Casi me había esperanzado.
La maldita visión sigue saludando y el frío me cala los huesos. Sonríe y por primera vez desde que tengo memoria una alucinación parece amable.

No estoy muy segura de lo que estoy haciendo, pero la curiosidad me embarga y me acerco al espectro; aun que decido quedarme a cierta distancia de él.
No sé bien que esperaba ver al acercarme, pero no aun anciano medio calvo de ojos aguamarina con una sonrisa que parece sincera. Sé perfectamente que esto es un engaño. Pero el espectro inspira confianza.
-Hola -su voz es grave y amistosa, como sino pretendieran matarme.
-¿Por qué queréis matarme?
-¿Matarte?¿Yo? Esa no es para nada mi intención.
-No claro -me jacto- ¿Qué deseas pues? 
-Hablar.
-Hablar -repito.
-Así es, no hay mucha gente con la que puedas hablar cuando mueres.
-Estas reconociendo ser un espectro asesino producto de mi locura.
-No, no estoy haciendo tal cosa. No soy un espectro, no quiero matarme, y no soy una alucinación.
Alzo una ceja interrogante.
-Veras soy un Alma, bueno no soy realmente un alma, pero para que lo entiendas, me puedes llamar así. Es cierto que hay espectros, ellos son como, la parte mala de nosotros.
-Nosotros... ¿Quienes?
-Todos nosotros -le miro confundida.- Pero volviendo al tema... No estas loca. Yo, las Almas, los espectros, la ser... Existimos, solo  que de una manera diferente.
-¿Serpiente? Ibas a decir eso, ¿verdad? -su cara se contrae, como si hubiese recibido un golpe.- ¿Qué pasa, no puedes decir “serpiente”? Es producto para un alma producto de mi no locura ¿o qué?
-No... no es... -suelta un suspiro. Que por cierto en caso de que todo esto sea cierto -que obviamente no lo es-  no puede ser un suspiro, por que él estaría muerto, ¿qué seria? ¿una exalacion? Mi morbosidad da asco. Irónico.
-No es... Tabú, simplemente no puedo decir esa palabra.
-Creo que ese es el concepto de palabra tabú.
Pone los ojos en blanco.
-No me está prohibido, pero no debo decirlo.
-¿Por qué? 
-Por que es demasiado pronto.
-¿Para qué?
-Para que comprendas.
-¿El qué?
El alma gruñe enfurruñada.
-¿Podrías dejar de preguntar?
-Quizá, sí no me dieras respuestas tan escuetas.
Pone de nuevo los ojos en blanco, y por un instante, la visión parpadea.
-Escúchame, simplemente no voy hablarte de esto, no de momento.
-¿Cómo que de momento? ¿Es que no vas a simplemente desaparecer cómo hacen el resto de los espectro o lo que sea?  
-¿Tus espectros desaparecen? Creí que te habían estado molestando estos años.

Me estoy enfadando mucho, no entiendo bien el porqué. Pero me estoy enfadando. Y no me gusta cuando eso pasa, cuando pierdo los nervios por alguna razón.
La ultima vez que ocurrió un avión con setenta y cuatro pasajeros dentro exploto, en pleno vuelo.

-No me refería a eso -creo que estoy gritando, pero no estoy muy segura.- ¡Claro que sí! ¡Esas malditas sombras me han estado molestando toda mi vida!
-Entonces... ¿A qué te refieres?- Inquiere.
Gruño enfada.
-¡¿Es qué nadie en este mundo me va a entender?! -siento un hormigueo incomprensible bajo mis zapatillas- ¡Me refiero a que no son las mismas! Nunca son las mismas. Cuando un espectro se va no vuelve.
La visión me mire con cara de pasmo, mi hermana me grita, y yo me giro cuando una irlandesa con bolsas de compra grita:
-¿Terremoto? ¡Es un terremoto! -su voz se alza una octava y me doy cuenta de que tiene razón.

Estoy en medio de un terremoto.

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