domingo, 25 de mayo de 2014

Capitulo Seis

Despierto en la habitación de un hospital, deduzco que se trata de un hospital por las paredes de color pálido, el pijama con el que estoy vestida y el olor; los hospitales tienen un olor peculiar.
Me toco la frente, ¿por qué estoy en un hospital? Cierto el avión, ¿y Rousse? Suspiro y me canteo un poco hacia la izquierda, y la veo, supongo que descubrieron nuestro parentesco y decidieron ponernos en la misma habitación. Es un alivio descubrir que esta bien. Todo lo bien que se puede estar después de que tu avión explote, pero parece que yo me he llevado la peor parte de las dos. Eso me recuerda, tengo que ver como están los demás pasajeros. Si soy la responsable de la muerte de alguien quiero saberlo, he de saberlo.
Me levanto de la cama, no encuentro mis zapatos, así que tendré que caminar descalza. 
El suelo esta tan frío que se me eriza el vello de los brazos.

Doy un paso y siento que voy a caer; lo intento de nuevo. Uno, dos, tres y caigo de rodillas. Hago una mueca dolorida y me levanto pesadamente.
Doy otro paso pero esta vez me apoyo en la pared.

Tengo que descubrir que ha pasado con los demás, aun que cueste.
Apoyada en la pared doy otro paso vacilante, aun a sí, me mareo. Supongo queme dí un golpe fuerte.

Sigo caminando intentando esconderme de la vista de los enfermeros. No soy estúpida, sé que sí me llegan haber en este estado, me enviaran de vuelta a mi habitación, que por cierto no sé cual es.

No tengo ni la menor idea de que hacer a partir de ahora, ¿cómo voy a averiguar que habitación pertenece a quién? Suspiro, mi cabeza duele demasiado, cómo para preocuparse por eso. Ojala lo hubiese pensado antes, por que me estoy mareando y  no tengo ni idea de cómo seguir adelante.
Suelto otro suspiro, enfadado, y doy otros tres pasos antes de que una voz me detenga.
-Eh, ¿sé puede saber dónde crees que vas?
Sus ojos son azules, es lo único que puedo distinguir sin desmayarme.
-Yo...
El chico me sostiene antes de que me caiga, es fuerte.
-¿Tú ...? 
Recupero la cordura lo suficiente para contestarle
-Busco a lo pasajeros que sufrieron el accidente de avión, he de saber como están.
-¿Y por qué has de saber tal cosa?
Me lo pienso durante un segundo, es obvio que no sé lo puedo decir.
-Esto... Da igual, lo importante es que tengo que verlos. Tengo que comprobar como están.
-Yo creo que tienes que volver a tu habitación. A propósito, ¿cuál es?
Me revuelvo.
-No, no, no. tú no lo entiendes. He de averiguar como están. Necesito saberlo.
El chico asiente y por un momento pienso que va a ceder. Pero me coge la muñeca derecha y mira una pulsera de plástico blanquecino, no me había dado cuenta de que la tenia, seguramente tenga apuntado el número de habitación ahí.
-La 18B -dice, su voz es bonita, ¿por qué no me di cuenta antes?¿Qué me importa a mi su voz?- Sera mejor que memorices el número.
Niego con la cabeza, rotunda, en un intento de gritar que tengo que ver a los demás pasajeros. Lo que me provoca más dolor de cabeza.
-Tengo que... Yo tengo...-el mundo gira muy deprisa y los sonido me molestan como un abejas furiosas.
Tú vas a ir a tu habitación, vas a descansar; y ya buscaras a quien sea cuando estés mejor.
Vuelvo a negar, pero esta vez, lo aparto de mí con un empujón y toda la fuerza que soy capaz de reunir. Que no es mucha en mi estado.
Empiezo a correr para alejarme de él.
Seguramente, me voy a caer. Me siento tan mal que creo estar apunto de vomitar. Aún conservo la esperanza de encontrar alguno de los otros pasajeros antes.

No sucede así.
El chico de ojos azules me agarra de la parte de atrás del pijama  y me estampo contra su pecho.
Duele.
-¡Seras...!-exclama-¡Basta! Te voy a llevar a tu habitación ahora mismo.
-No por favor-suplico, mientras intento zafarme de nuevo.
-Ni lo intentes. Te llevare a rastras si hace falta.
Lo empujo de nuevo, pero ya no tengo fuerzas.
-¿Con qué esas tenemos?-El chico me agarra con fuerza y yo casi no reprimo un gritito sorprendido. Me alza de modo que ahora mi cabeza queda acunada por su pecho.
Es suave llevándome, y mi cabeza lo agradece.
Me siento también que dejo que el sueño me arrastre poco a poco.
El chico carraspea.
-¿Piensas decirme por qué tanto interés en ver a esos pasajeros?
Niego con la cabeza. Él parece sonreír.
-¿Por qué? 
-Porque eres un desconocido-digo en medio de un bostezo.
-Me llamo Eric.
-Saoirse.
-Libertad -eso me sorprende poca gente sabe el significado de mi nombre.- Y dime Saoirse, ¿me lo contaras ahora que no somos tan desconocidos?
-No.- Eric hace un mohín, lo queda muy gracioso en él.
-Pero me acabas de decir...
-Quería saber tu nombre. -le corto. En parte es cierto, pero le constare a eso. Él  sonríe mas abiertamente ahora. Tiene una sonrisa  bonita, pero reservada.
-No me lo vas a decir, ¿de verdad?
-No -quiero decir, pero un bostezo me interrumpe.
Él asiente, parece un poco ofendido. Lo siento.
-Algún día lo averiguare. -me promete- Averiguare hasta el ultimo de tus secretos. Pero hasta entonces -me sonríe- Que duermas bien Serch  -antes de dormir me parece poder escucharle decir que no duerma con serpientes.

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