sábado, 26 de abril de 2014

Capitulo Cuatro

-Dos horas esperando, lo siento pero a mi sí me parece mucho.
-Han tenido complicaciones con la nieve en el aeropuerto de Irlanda, Serch.
-Bien, pues que las soluciones.
-Eso están intentando hacer, pero pasajeros impacientes como tu les complican la tarea.
-Tengo razón para estar cansada Ro.
-Solo ha sido un ligero retraso.
-¡Ligero retraso!-repito incrédula-El próximo vuelo sale a las ocho, y son las doce, Rousse, ¡las doce!-suspiro indignada y me dejo caer en una de las sillas de la sala de espera del aeropuerto.
 

-Podría ser peor- dice.                                                                                                                                
Se que si, pero es que hoy estoy muy irritante.
Después de varios minutos Ro decide que vayamos a comer.
Lo cierto es que no tengo hambre, pero al ver los dulces tan suculentos que hay en el bufete del aeropuerto,
la boca se me hace agua y pido un trozo de pastel al camarero

Treinta minutos después, ambas hemos comido y estamos de nuevo en la sala de espera del aeropuerto.       
-¿Que escuchas?
La miro, un poco desconcertada por que la música tiene la capacidad de absorberme.
-¿Que?-Rousse sonríe.
-¿Que escuchas?
-¡Ah!-exclamo y miro la pantalla de mi móvil.-”No one like you” de Scorpions.
-¿Scorpions?-Ro parece sorprendida-¿Desde cuando te has vuelto una pequeña roquera?
Se que solo intenta hablar para no pensar en Xabier, así que intento tragarme mi irritabilidad y contestar a su pregunta.
-Desde los cinco, cuando deje de escuchar la música infantil y me dedique a la música de verdad.
Consigo que Rousse sonría ante mi comentario.
-Pero también escucho otras cosas:-añado- indi, rock alternativo... Y el pop de los Beatles

*********************************************************************************

Me despierto cuando mi hermana me sacude de los hombros y escucho que nuestro vuelo se ha adelantado.
-Vamos dormilona, es hora de irnos.
Me levanto aturdida y con dolor de espalda, nunca mas dormiré en la sala de espera de un aeropuerto.
Ro me guía un momento a la salida y ya puedo ver nuestro avión.
Un escalofrío me recorre y no sé si es de anticipación o resignación.

Cinco minutos y estoy sentada en el avión, me ha tocado el lado de la ventana, espero que eso haga el viaje mas llevadero.

                                                         *******

-Ya casi estamos.
Asiento, lo sé, no por que lo pueda ver por la ventana, sino por que siento que estamos llegando.
Estoy nerviosa, mis manos palpitan y siento como si me estuviera recorriendo electricidad por todo el cuerpo.
Estoy descontrolada, eso me asusta, no se si realmente estoy loca o no, pero sí sé que la puedo liar: me siento como si con una orden mía el avión pudiera estallar en millones de minúsculos fragmentos.
-Ey- me dice- Tranquila, solo es Irlanda.
Asiento y lo intento, respiro hondo varias veces hasta que mi corazón se calma. Dejo de sentir la palpitación en las manos y suspiro aliviada.
Giro mi cabeza para ver el paisaje, Irlanda es hermosa, pero no puedo verla.
La imagen de una serpiente me tapa la vista.
No puedo distinguir los colores de la visión, pero sé que es la misma serpiente que vi cuando Al vino a mi casa.

Cuando me doy cuenta de esto el avión empieza a temblar, oigo los gritos de la gente, a los pilotos y asistentes de vuelo intentando calmarles. Oigo a mi hermana, veo que estamos cayendo. Pero yo solo puedo sentir el ojo de la serpiente sobre mi, observándome.                                                                                              



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario